Mi jardín no se dio cuenta

 El árbol de damasco comenzó a florecer, auguraba la llegada de la primavera entre tanto caos de las estaciones pasadas. El virus se propagó como una canción pegasjosa del verano, de esas que no se te van de la cabeza ni cuando te lavas las manos. (?)

El jazmín también hizo lo suyo, lo que me dio la pauta para pensar que mi jardín no se dio cuenta de lo que pasaba. Fue ahí cuando pensé en lo bueno que sería ser una planta, pero con las lluvias escasas de la provincia del desierto viviría dependiendo de un regador que haga caer el agua sobre mi y no me gusta depender de terceros.

Otra dificultad sería la movilidad, estaría ahí plantada sin poder moverme, sin salir de casa (como ahora). La cuarentena me convirtió en una planta de interior. Con una bonita maceta para poder ir desde la habitación a la ventana y mirar hacia afuera.



ph: yo

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